De los frigoríficos a lo más up date.
Por Juana Libedinsky
NUEVA YORK (Especial).- Hasta no hace tanto tiempo, la prenda más canchera que podía verse por las calles del Meatpacking District de Manhattan era el delantal con manchas de sangre vacuna, típico de quienes trabajaban en los frigoríficos de este barrio, conocido como el "barrio de los carniceros".
Hoy, la que fuera zona de los frigoríficos mayoristas de la Gran Manzana (y en la cual todavía quedan algunas grandes carnicerías) se convirtió en el nuevo eje de la moda de Nueva York. Las mejores boutiques, galerías de arte, restaurantes, discotecas y hoteles están aquí, recorridos día y noche por clones de Sarah Jessica Parker vestidas con lo último de lo último.
Y ni hablar de productores y modelos: no sólo el barrio se volvió suyo, sino que parecería haber sesiones de fotos en cada cuadra. Detrás de grandes fachadas, estudios de fotografía hacen shootings de moda, y cada dos por tres estos personajes del mundillo caminan por el barrio.
Restó y diseño
Cualquier paseo entre las calles Gansevoort, West 15, el río Hudson y la 11va. Avenida (al centro-oeste de Manhattan) tiene que empezar con un brunch. Este almuerzo prolongado con el que los americanos fashion empiezan su fin de semana en el Meatpacking es para ver y ser visto. Generalmente donde más cuesta conseguir una reserva es en Bette, el restaurante que abrió la empresaria de la noche Amy Sacco, dueña de las épicas discotecas Bungalow 8 y Lot 61.
Pero el clásico de los clásicos y del cual nunca saldrá defraudado es Pastis, brasserie pionera de la zona y donde uno puede inspeccionar en detalle lo que se lleva esta temporada. Para luego comprarlo, basta caminar unos pasos para encontrarse con la selección de grandes marcas mundiales. "McQueen, McCartney, Mc Billetera Pelada", es la broma sobre la zona, pero la realidad es que todo es tan fantástico como carísimo, aun en las liquidaciones.
La boutique de Stella McCartney es un estudio con espejos y colores pasteles. La música es suave, hay flores frescas, la ropa es ultrafemenina y nada está hecho con piel animal. Hasta los zapatos que uno juraría que son de cuero son de un derivado vegetal.
La tienda de McQueen no podría ser más distinta. El ex enfant terrible de Givenchy creó un ambiente futurista, con paredes blancas y curvas, un fondo de música tecno: una verdadera experiencia urbana. Acordes, los diseños son sofisticados y divertidos, influencias victorianas, por ejemplo, mezcladas con detalles hipermodernos. Las botas altas de colores brillantes no dejarán a nadie pasar inadvertido.
Las decenas de tiendas son una mejor que la otra: está el brasileño Carlos Miele, la lencería mundialmente conocida de La Perla, Yigal Azrouël..., pero entre lo más nuevo vale destacar Butik, el negocio de la ex modelo Helena Christensen (que cada tanto hace una aparición estelar tras el mostrador), donde vende zapatos antiguos, bijouterie y elementos de decoración. Todo muy alternativo.
También tiene casa el argentino Martín Churba con su firma Tramando. Sus materiales innovadores combinados con el corte angosto y la variedad de textura de su ropa da un look sofisticado y de adelantado ideal para la zona.
Para terminar el paseo, nada como darse una vueltita por las galerías de arte que tienen algunos de los grandes espacios de la zona, como Gagosian, Paula Cooper y Feigen. Y no olvidarse de mirar para arriba: sobre las vías de tren elevadas abandonadas que recorren el Meatpacking District, el estudio de arquitectura supercool "Diller, Scofidio, Renfro" está construyendo un parque en las alturas. El proyecto (que fue expuesto este año en el MoMA) será el broche de oro para la zona más revitalizada y cool de la ciudad.
fuente: LaNacion
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